Nación Güegüence

Una pizarra de expresión de opiniones y sentimientos personales sobre lo que acontece en Nicaragua y lo relacionado con ella.

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Nombre: Luciano Cuadra
Ubicación: Afghanistan

viernes, diciembre 23, 2005

La Prensa - Nacionales - Invitan a visitar Loma de Tiscapa

Hace un par de años, cuando se inauguró el centro que menciona el encabezado de la noticia, escribí mis impresiones sobre lo que, de acuerdo a mi opinión, hacía del museo un sitio de recopilación incompleto
por considerar que las fallas que menciono en el escrito siguen activas, me tomo la libertad de reproducir dicho artículo aprovechando la nota que publica hoy el diario La Prensa.
Debo mencionar que mi crítica hacia el propósito que persigue el Museo Tiscapa no es total, precisamente porque la fidelidad histórica del mismo, tampoco lo es.
LCW

Tiscapa: Museo a la Tolerancia


Las palabras del filósofo George Santayana quien afirmó que "Quienes no recuerdan el pasado, están condenados a repetirlo", pueden resultar ciertas en toda su extensión y dolor si se limita la historia del Museo La Loma a inaugurarse pronto en Managua.
Según se leyó en una nota reciente, el mencionado museo cubriría desde su construcción durante la administración Moncada, e incluiría artefactos de la época de los Somoza; expresiones que hacen dudar sobre la intención de exponer lo que allí ocurrió en la década de los años ochenta.
No se puede minimizar la labor de quienes impulsan y promueven el proyecto en cuestión, el cual serviría para educar a la generaciones futuras y de tal manera perpetuaría los hechos históricos que en la superficie tuvieron lugar en esos terrenos; así como los momentos eternizados que experimentaron miles de nicaragüenses en sus sótanos, con quienes quizás intentaban emular la antiquísima costumbre aborigen del sacrificio humano.
No se trata de criticar la intención de esculpir una página de la historia en forma de museo, la cual es loable y acertada, pero sí, se deben esforzar que ésta sea completa y clara, donde se perpetúe la verdad nacional. De acuerdo con la intención del centro, debiera considerársele paralelamente como un museo a la tolerancia, pues los equipo militares ahí expuestos más los que parecen no estar dispuestos a presentar, son simplemente las herramientas utilizadas por aquellos incapaces de aceptar como inalienable, el derecho a disentir; creyendo que entre las gruesas paredes del oscuro y húmedo ergástulo de Tiscapa podían sepultar el amor por la libertad y el espíritu de sacrificio de miles de nicaragüenses.
Además de presentar tanquetas cubiertas por el sarro y una silueta de metal igualmente corroído, así como lo es el alma de quienes en ese promotorio se entronaron mientras que desde sus entrañas planificaban suprimir la existencia, debiera erigirse un simple monumento representativo de esos que lo dieron todo a cambio de nada; sin nombres. Únicamente los años de operación: 1931 – 1990. Nuestros nietos, biznietos y demás, entenderán.
El aceptar que esta labor sea incompleta, es permitir que se tergiverse la historia, y nos convierte en cómplices y apologistas del crimen; porque si es malo y peligroso vivir del pasado, peor es olvidarlo. Aquellos que no quieren recordar, quizás esperan repetir.

"Hay que romper el Status Quo"