La mujer de César y el PLC

Cuenta el historiador griego Plutarco en su obra Vidas Paralelas que luego de un incidente provocado por Publio Clodio un joven patricio con Pompeya, la esposa de Cayo Julio César, éste dijo sobre aquélla: “quiero que de mi mujer ni siquiera se tenga sospecha”. Esta expresión parece ejemplificar el grave problema de credibilidad del que adolece la dirigencia del PLC en estos tiempos cuando los vientos electorales empiezan a soplar y estos parecen venir con nubarrones que no presagian algo bueno.
Resulta verdaderamente intrigante que después de predicar total autonomía a los cuatro puntos cardinales y jurar que el ex presidente Alemán no ejercerá influencia alguna en la selección de quién representará a ese partido en las próximas elecciones, se les vea desfilando como si fuera romería, hacia la residencia del ex mandatario. Estas y otras acciones no tan claras nos obliga a preguntarnos si estamos viendo en estos ciudadanos a los políticos de “ cajón” que han hecho su debut en el escenario nacional desde los días de la Independencia dispuestos a decir y hacer lo que sea con tal de lograr sus propósitos.
¿Cómo pueden estos aspirantes a presidente justificar su liberalismo y posición anti frentista cuando algunos de ellos participaron en la materialización del pacto con aquel partido? Y más aún al insistir en respaldar al cabecilla Alemán se devalúan ellos y devalúan al PLC ante los nicaragüenses. Es precisamente ese amancebamiento político el que tiene en zozobra a la nación entera. Insultan a la población y especialmente a las bases honestas y trabajadoras de su organización cuando hacen sus señalamientos contra el FSLN pretendiendo que estos (el pueblo) olviden que el partido orteguista cobró vigencia gracias al ya mencionado pacto. A pesar de la verborrea de la que hacen gala para referirse al partido frentista y la demagogia que blanden para confundir, sus acciones parecen indicar que en realidad no quisieran ganar las elecciones.
Si bien es cierto que al insistir Ortega en ser el candidato de su partido, pone en riesgo las posibilidades de una victoria frentista en Noviembre próximo, es también verdad que los precandidatos que orbitan alrededor del Dr. Alemán ponen exactamente en el mismo trance al PLC por su actitud incondicional para con el ex mandatario rehusando distanciarse del mismo, aunque esto les cueste la presidencia. Quizá el hecho de que su partido cuente con una aceptable maquinaria política, instile en ellos un falso sentido de seguridad haciéndoles pensar que esto será suficiente para derrotar a quienes dirigieron la represión contra la población nicaragüense durante la dictadura anterior de Daniel Ortega.
Irónicamente, será la inclinación preferencial que profesamos por los líderes más que por la enseñanza, la que dificultaría una campaña exitosa para estos señores, pues aparte de la apatía que los votantes han demostrado hacia Alemán, ninguno de ellos ha exhibido un cuerpo serio de simpatizantes precisamente porque no son tomados en serio. Aunque juren ser independientes, no han logrado sacudirse las sospechas que de ellos y sobre ellos tiene el electorado democrático.
Además, ¿De que les sirve tener un vehículo, si no cuentan con un buen conductor? Quizá la tabla de salvamento para evitar que el PLC inicie su descenso hacia el fango político, será un acoplamiento con la ALN-PC, organización dirigida por Eduardo Montealegre, el único que ha demostrado coherencia y arraigo a nivel nacional y es visto con aceptación por la clase política autónoma.
La actitud banal y orgullo fatuo esgrimido por la cúpula del PLC para con Montealegre puede resultar mortal para el partido y para el pueblo en general que tirita al pensar en un eventual regreso de los totalitarios al poder; y al igual que César repudió a su mujer después del escándalo según narra Plutarco, la ciudadanía nicaragüense haría lo mismo con la dirigencia del partido del Dr. Alemán si los marxistas ganaran las elecciones.

"Hay que romper el Status Quo"