La Policía Nacional bajo ataque

Generalmente en Nicaragua, o seguramente en otros paises también, utilizamos los medios masivos de comunicación para criticar ya sea al gobierno, o al partido opositor. Esta percepción es indebida. Estos canales sirven también para reconocer y alabar a quien se lo merece.

Desde hace varias semanas hemos escuchado a través de los medios de prensa sobre las amenazas vertidas contra la Primera Comisionada de la Policía Nacional, Aminta Granera por parte del crímen organizado.

Sinceramente no veo razón para dudar de lo afirmado por las autoridades. Ello es consecuente con la manera de actuar de las organizaciones de narcotraficantes, particularmente cuando vemos que la Policía Nacional, de manera eficiente ha asestado fuertes golpes a estos grupos.

Es por lo tanto necesario, que las autoridades nacionales pongan el mejor empeño en detectar quién o quiénes pueden estar detrás de esas amenazas, y proteger a cualquier costo la integridad física de la Directora de la fuerza pública nicaragüense.

Mientras me disponía a escribir esto, también decidí informarme sobre las condiciones presupuestarias y operativas bajo las cuales opera la Policía Nacional.

Irónicamente, la mayor parte de la información la encontré en una participación muy sui-géneris que tuvo el presidente Ortega ante las fuerzas de ese organismo hace pocas semanas; mientras me encontraba en Nicaragua.

Según lo dicho por el presidente, el presupuesto con el que cuenta la Policía de El Salvador es de 142 millones de dólares. Honduras dispone de 38.2 millones, mientras que en nuestro país solamente se le ha concedido ls cantidad de 35.8 millones. Así vemos que la fuerza policial nica es la que tiene menos, aún cuando también tiene más terreno que cubrir.

Para dar una buena idea de lo que escribo se debe saber que en El Salvador trabajan 78 agentes de policía por cada 100 km², en Guatemala se dan 18, en Honduras 7, mientras en Costa Rica se ven 20, y en Nicaragua operan solamente 6 en la misma extensión territorial. Claramente se observa una amplia desventaja de operación en la Policía nicaragüense.

No es necesario ser de mente amplia para reconocer que las fuerzas de seguridad pública hacen muy buena labor si tomamos en cuenta el apoyo pírrico que recibe.

Según las mismas estadísticas, en el período 2005-2006, los agentes bajo la dirección de la Comisionada Granera decomisaron 9.902 Kgs. de cocaína, mientras que en Costa Rica fueron 7,804, y en Guatemala, con mayor respaldo logístico y financiero, se vieron limitados con la captura de 5.082 Kgs de la "nieve".

Viendo esas cifras y los resultados producidos por la Policía Nacional, lo cual ha llevado a los carteles de la droga a amenazar de muerte a la Directora General, debe servir para motivar a que la Asamblea Nacional y las autoridades del país aprueben más dinero o que lo soliciten a las naciones amigas.

Curiosamente, en el periódico de hoy, podemos leer una nota en la que se dice que las fuerzas especiales de la PN se encuentran en las calles para otorgar mayor seguridad a la población. La pregunta de rigor es: ¿hasta cuándo podrán hacerlo? Los ciudadanos quieren sentirse seguros las 24 horas del día, los siete días de la semana.

Pero si nosotros queremos mayor seguridad, lógico es pensar que esa agencia necesite más dinero, lo que le permitiría operar en mejores condiciones. Éste se necesita a la mayor brevedad posible. La seguridad de los nicas no puede esperar. Como tampoco puede tratarse a la ligera la seguridad personal de los agentes de policía, ni la de la Primera Comisionada.

El crímen organizado no puede tener la última palabra.