Lo que no hay es cielo

Dada la polémica desatada por las recientes declaraciones del Jefe de la Iglesia Católica sobre la "reactivación" del infierno, me tomo la libertad de reproducir un escrito producto de la pluma de mi hermana Scarlet.
Este vio la luz hace varios años, cuando el Papa anterior Juan Pablo II decidió eliminar la existencia del Averno.
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Lo que no hay es cielo

Nunca pudo ser más inoportuna y falsa la aseveración de que infierno nunca hubo. Justo ahora,a las puertas de un milenio que sale y de otro que llega, cuando estábamos dispuestos a creer en la existencia de un presidio eterno donde los ponderosos y corruptos cumpliesen sus condenas. Su Santidad Juan Pablo II quiere hacernos pensar que el infierno fue un invento del milenio que se marcha, que no hay llamas que calcinen el alma o la conciencia de los culpables. ¡Qué bien!, se salvaron los banqueros, gobernantes, políticos y altos militares en el exilio.


Suerte para el Papa que el infierno no exista. Para él y otros tantos. Su afirmación ha sido agua bendita para los deudos de quienes se esperaba estuviesen sumidos en el fuego eterno por los crímenes cometidos.


Enhorabuena para ellos. Hicieron de las suyas en la tierra y ahora ni Dios tiene los medios necesarios para hacer justicia en nombre de las víctimas, que para muchos sólo son signos tallados en madera, nada más.

Los dogmas no pudieron con Juan Pablo II. En apenas un minuto liberó del tormento a reyes y emperadores, a esclavistas, tratantes de blancas y de órganos humanos. A viciosos y sacerdotes. A los elegidos del Destino Manifiesto de la Unión Americana y a los herederos de la raza blanca, pura y superior.

Otra vez el Papa jugando a favor de los poderosos en nombre de los humildes. Otra vez queriendo engañarnos, vendarnos los ojos con alegría ajena. ¡Qué descaro!, decir que no hay infierno, ni llamas que atormentan al cuerpo, cuando las cifras no mienten. Escupen la verdad aunque duela. Millones sin alimento, sin derecho a la salud, educación, vivienda, deporte, cultura. Ese infierno, quema y duele. Mata.

No tenemos que recurrir a Internet para conocer el mundo en que vivimos. En América Latina una procesión de miserables deambula de país en país, buscando la menor pobreza posible. En Nicaragua el 68 por ciento de la población es pobre, el 51 por ciento vive en la miseria, en Honduras el 73 por ciento está en igual situación que los nicaragüenses. Lo dice Naciones Unidas.

Por eso afirmo que el Papa miente o se equivoca cuando asegura que no hay infierno. Está claro que infierno hay, lo que no existe es cielo.


Scarlett Cuadra W.