Nación Güegüence

Una pizarra de expresión de opiniones y sentimientos personales sobre lo que acontece en Nicaragua y lo relacionado con ella.

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Nombre: Luciano Cuadra
Ubicación: Afghanistan

domingo, junio 26, 2005

La insistencia de Ortega

Es curiosa y hasta cómica, la manera en que el diputado Ortega insiste, como chavalito malcriado, para que el presidente renuncie a su cargo. Según dijo durante el "repliegue", "invita al presidente a que lo haga de la misma manera que él lo hizo en 1990 cuando el país estaba en guerra". Parece que no se ha dado cuenta que el país no está en guerra en estos momentos, y aunque muy frágilmente, todavía reina la paz. Es precisamente el mismo argumento que él utilizó para rechazar la "injerencia" de la OEA en semanas pasadas, afirmando que en 1979 se aceptó la participación de ese organismo porque Nicaragua estaba en guerra, pero ahora no.
El líder frentista también predica sobre la necesidad de cambiar la Constitución por que ésta no es democrática. El demagogo diputado parece no recordar, ó no quiere que recordemos que la Constitución actual fue aprobada por sus adláteres de la Asamblea Nacional en Noviembre de 1986, siendo firmada por él mismo como "presidente" de Nicaragua, y publicada en Enero del año siguiente, cuando no existía oposición real en el país.
¿Cómo está eso? Antes era democrática porque servía a sus propósitos, pero en estos tiempos ya no; por lo tanto, ¿Hay que cambiarla cuando él diga?
Se le invita a que él y los suyos den el ejemplo renunciando en masa a la Asamblea. Después los ciudadanos veremos que decisión tomamos. Me permito una sugerencia: Empiezen a actualizar sus Hojas de Vida
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Luciano Cuadra W.

miércoles, junio 22, 2005

Se escuchan pasos de animal grande

No fue sorpresa ver la gran cantidad de ciudadanos que asistieron a la Marcha contra el pacto, consecuencia de la corrupción en Nicaragua. Simplemente sucede que habíamos perdido la costumbre de ver a vivanderas, obreros, oficinistas, empresarios, y verdaderos estudiantes, de esos que sólo pasan cuatro o cinco años en la universidad, marchando juntos aunque desde diferentes puntos, tanto geográficos, como ideológicos, pero hacia una meta común: una Nicaragua mejor; aprovechando para recuperar las calles de Managua, y su dignidad como nación también.
Esto no acontecía en muchos años. Fue esa ausencia de expresión cívica, la que ha mantenido engañados a los capos del PLC y FSLN durante los últimos tiempos; pues parecen olvidar las manifestaciones que se daban cuando ya cansados de tanto engaño, burla, y miseria, los nicaragüenses decidimos dar al trasto con la dictadura somocista.
Quizá esta especie de amnesia sea producto de la prepotencia que embriaga a los “iluminados”, esos que realmente se la creen cuando los respectivos bufones les llaman “señor”, “jefe”, ó, “el hombre”, pensando que están destinados a la eternidad política en Nicaragua; que pasarán a la historia como estadistas, ó mejor aún, que no volverán a vender huevos y jabón, unos; y a asaltar bancos, los otros, para tener que sobrevivir.
Por razones inexplicables, pensaban los caciques que la población estaba resignada a vivir con ellos sobre sus hombros, a tuto. Talvez esperanzados en que los recuerdos de las guerras vividas, mantendrían domesticada a la ciudadanía. Pero han errado, el pueblo despierta de su sopor. No hay miedo, nunca lo ha habido, lo que hay es paciencia, simplemente que ellos, han malentendido.
Así como aquel otro dictador y su séquito, tildaba de “comunistas y facinerosos” al pueblo que se manifestaba en las calles, (precisamente Somoza fue el culpable de tener que buscar yo, en el diccionario, el significado de tan desconocida palabra para saber de qué se nos acusaba), los actuales aprendices nos señalan de ser siervos del tío Sam. ¿Quién los entiende? Ojalá se pusieran de acuerdo.
Los chanchullos y manipulaciones de los engendros del matrimonio bipartidista han logrado que la mayoría deje de ser silenciosa. Y por lo menos ese día, esa mayoría traducida a seres humanos, se tornó en inmensa mancha azul y blanco, lo cual fue motivo para que diputados, magistrados, y otros con títulos igualmente deleznables, vociferaran contra los manifestantes, seguramente porque al contemplarlos caminando lento, seguro, y pesado, veían que se alejaban con ellos, las posibilidades de continuar detentando el poder “desde abajo”.
Pero insisten en ignorar el justo reclamo popular para continuar ellos en la orgía draculesca. Así como en el pasado los otros obviaron aquella cuña de radio “Mi preferida” cuando en intervalos, y de forma grave sentenciaba: “Se escuchan pasos de animal grande” mientras en la lejanía, y a la vez muy cerca, sonaban disparos en las calles a manera de trasfondo.
Pero los de hoy, igual que los de ayer, están sordos. No escuchan al animal que se acerca. Que pena.

Luciano Cuadra W.
Junio 16, 2005

lunes, junio 20, 2005

Subiendo la parada

Con la noticia de que el presidente Bolaños está dispuesto a adelantar las elecciones generales, pero con la condición que así también se redacte una nueva Constitución y se sometan las reformas parciales que impulsaron los pactistas, a referéndum; Bolaños ha subido la parada a la "amenaza" de los primeros, cuando estos han expresado que quieren llevar a cabo comicios antes del tiempo establecido en la Constitución actual. Esto es algo indudablemente no esperado por las cúpulas partidarias. Aunque en realidad, el asunto de someter esas reformas a referéndum ya se había planteado con anterioridad.
En todo esto, el presidente seguramente se la está jugando "todas", pero, en mi opinión, de aceptar el ultimatum de Bolaños, la "Cosa Nostra" criolla,tiene más que perder que el mismo mandatario. Éste último se juega a final de cuentas, los pocos meses que le quedan de gobierno, y quizá, quedarse con el estigma de haber sido obligado a tomar esta decisión, pero si la ciudadanía rechaza las reformas a la Carta Magna, y en la nueva elección se llevara "de plancha y en la plancha" a los diputados, magistrados, intendentes y demás, sería ello una derrota impactante y mortal para aquellos que han corrompido el sistema y apoyado a sus compinches.
Desafortunadamente Nicaragua es una nación bastante pequeña como para decir que no volveremos a ver estos individuos, cuando bien hemos experimentado en casos anteriores, que estos ciudadanos negativos salen a flote algún tiempo después. Pero en este caso, tal acción, (la constituyente) podría marcar para los frentistas, así como para los liberales constitucionalistas, un cambio en su existencia política de la misma manera que el famoso triunvirato lo hizo para el Partido Conservador al inicio de los años 70.
Indudablemente, los candidatos (o pre-candidatos) no estarán de acuerdo con Bolaños, pues según se dice en las calles, y de acuerdo a las más recientes encuestas, los frentistas son los que están mejor organizados, por lo tanto posiblemente ganarían unas elecciones fuera de tiempo.
Talvés esto no deba considerarse como algo escrito en concreto, pues hasta hace pocos días, cuando la Marcha, vimos a un pueblo que no se tomaba las calles desde hace mucho tiempo. Ésto puede indicar que ahora, el ciudadano común y corriente, está más dispuesto a reclamar su derecho a ser escuchado. A la vez, Bolaños debería usar el momentum adquirido para establecer como punto de agenda, la implementación inmediata del voto en el exterior; esto vendría a ser el tiro de gracia para quienes desean continuar viendo en Nicaragua, su maquinita personal de fabricar billetes. En caso los pactistas accedieran a admitir el voto en el extranjero, es muy probable que sean castigados con el látigo del desprecio por parte de quienes prácticamente mantienen al país con más de $800 millones (ochocientos millones de dólares) al año.
El querer traer esta polémica a un cuadro ideológico, sería irreal y fatuo, pues el pueblo no está interesado en la politiquería que se ejercita en nuestro país. Los obreros, oficinistas, y empresarios, padres de familia en su mayoría, desean trabajar en paz, sin que les importe un pepino, el partido, o el político de turno; pero esto de ninguna manera debe interpretarse como que los nicaragüenses están dispuestos a olvidar y dejar escapar a los roba-gallinas que les han quitando el sustento digno durante tanto tiempo.

Luciano Cuadra W.